Mi cuento premiado en la Estudiantina Olimpica de Reconquista


Al principio, no podía creer que había ganado la medalla de plata. La verdad. 
Una amiga me dijo que lo había visto en el Facebook oficial de la estudiantina, y la verdad, es que me costo mucho aceptarlo. No le tenia gran confianza a esta historia.

Espero que guste...

La aventura de Mona Lisa

    En el museo de Louvre ha pasado algo impensado, La Gioconda se ha escapado.

   El día 13 de julio las cámaras de seguridad no lograron captar nada más que una escena fantasmal, en la cual la imagen de la mujer de la enigmática sonrisa va deshaciéndose en la pintura, dejando al paisaje que rodeaba su hermosura, ocupar su lugar.

    Segundos después, policías y detectives rodearon el lugar, buscando al vándalo responsable de tal trágico suceso, sin imaginar, que desde una esquina Mona Lisa los miraba mientras reía, intentando quitarse los calambres que le producía esa falsa sonrisa, que estaba obligada a llevar desde hace siglos.

   Ella nunca fue feliz en aquel marco, pero ahora libre, escondiéndose en las paredes del museo, lo era.

  Los vigilantes y mas altas autoridades seguían buscando respuestas ante la gran anomalía ¿Habrán cambiado el lienzo? Según los estudios llevados a cabo, no; pero quién podría explicar de otra manera tan peculiar desaparición, era una pintura, no tenía vida ¿o si?

    Las horas pasaban en Francia, oficiales, detectives y grandes artistas buscaban con desespero respuestas, mientras Mona recorría las principales atracciones de su amada París, transportándose por el concreto que componía a la ciudad.

   Y sí, como no disfrutar por unas horas lo que se perdió durante añares sentada dentro de esa pintura, mientras era admirada. Era estresante para ella ¿creían que no vivía? ¿Que no tenía sentimientos? Pues estaban equivocados, mucho. Sí, hace ciento cincuenta años le picaba la nariz y no se animaba a rascarse a causa de las miles de miradas que tenía a cada momento encima, sus pies estaban entumecidos aunque no salieran en el cuadro. ¡Porque no!, a nadie se le ocurría pensar en la pobre Mona. Se deleitaban con sus rasgos hermosos, pero nadie la observaba  fijamente a los ojos y recibía ese mensaje de piedad que ella luchaba por revelar.

  Mientras transitaba por las calles, viendo cosas más interesantes que miradas que la incomodaban constantemente, el mundo entero lloraba desconsolado por la ausencia de tan hermosa obra de Leonardo Da Vinci. La intriga abundaba en la gente: ¿Quién se había llevado a La Gioconda? ¿Quién pudo cometer tal crimen sin ser visto? Se buscaron mil y un falsificadores de renombre, pero la gran mayoría estaba en prisión y otros tenían buenas coartadas.

   Mona Lisa seguía su tour por la ciudad, y al pasar dos días se comenzó a aterrar. Las noches en barrios bajos eran peligrosas, muchos gatos y perros le ladraban al verla pasar, debía tener cuidado al deslizarse en el piso, porque podía encontrarse con gotas de agua y arruinarse, y de a poco comenzó a ver lo complicada que era la vida real.

   Todo era muy distinto a lo que recordaba, había muchos más edificios y las personas no actuaban igual, usaban palabras que desconocía y había artefactos que no ignoraba cómo existían. El mundo no era el que recordaba, y entendió lo único bueno de encontrarse en su pintura durante los últimos siglos, a pesar de los dolores, picazones, calambres y miradas, ese lienzo fue su hogar.

   Viendo desde el suelo nubes obscuras, se apresuró a regresar al museo, por temor a despintarse a causa de la lluvia.

   El director del museo de Louvre estaba nervioso, hacía más de cuarenta y ocho horas había sucedido la desaparición y no tenían pista de nada, era como si la pintura misma quiso irse para no volver jamás. Loco ¿verdad?

  En medio de una ola de nerviosismo, por las paredes, la tinta de la buscada hacía aparición, silenciosamente, entre las aberturas de aquel altar lleno de seguridad se introdujo, y en un pequeño despiste de todas las personas se metió al marco ubicándose en su lugar, teniendo un pensamiento fijo en su mente, planear otra escapatoria para cuando vuelva a tener comezón en la nariz; total, merecía un poco de descanso, después de cuatro siglos trabajando ¿no?...

   Al voltearse algunas personas, vieron el milagro en el papel, La Gioconda había regresado y se podía decir, que con su extraña sonrisa y sus ojos detallados estaba más hermosa que nunca.

ThePausis


Paz....

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